15 de octubre de 2010

DEL OPTIMISMO AL ABISMO DE SIEMPRE

"¿Qué fue lo que vio desde el rincón del comedor que le hizo marcharse de aquí sin ganas de volver? La vida es una vez, le intentaba yo contar, exprime lo mejor y entonces se largó" (Nena Daconte, El Aleph) 

Hace días que intento escribir algo optimista y no hay manera. Me he sentado frente al ordenador en diferentes lugares y a diferentes horas con el mismo resultado: ni una lìnea. Pero como me obligo a escribir para no perder "oficio", pues nada, aquí estoy para contaros simplemente la impotencia de no poder narrar algo explícitamente positivo. Me siento como si fuera incapaz de escribir fuera de ese indeterminado lugar de insatisfacción, totalmente vacuo al que podríamos denominar mi "abismo personal". Ese lugar que todos habitamos alguna vez.

En ocasiones tengo la sensación de que doy la imagen de tipo fúnebre, tristón y depresivo que anda llorando por las esquinas. Y eso no es así, en realidad; solamente es el lugar emocional desde el que escribo y del que ya empiezo a estar harto. Lo que pasa es que no me sale otra cosa. Y me preocupa a veces que penséis que estoy tarado o que sintáis pena de mí.

Pero luego ocurre todo lo contrario y me paráis en el trasbordo del metro y me decís: "Me encanta lo que escribes" y sonreís y no me dais el pésame ni nada. Ni me decís: "Vaya vida de mierda que tienes, ¿no?". Ni: "¡Oh, pareces tan infeliz según tu último post!". Eso sería terrible. Lo que me decís es que os reís mucho. Y entonces yo pienso: "¿Para que cojones tengo un blog de risa si mis tristezas es lo que me sale con más gracia?".

Y yo mientras planteándome tontamente si es que tengo viciado el estilo o es que realmente no tengo nada "alegre" que contar... Y si mi tristeza os puede hacer sentir tristes también. Tonto de mí, nada de eso tiene sentido.

Así que analizándolo un poco, lo que ocurre es que soy yo el que seguramente necesita escribir algo optimista por una vez. Perdonad que lo proyecte en vosotros, pero es que ya que estáis ahí... os tengo a mano para estas cosas.

Le dije a Carles el otro día: "Hace tiempo que quiero escribir un post optimista". Y respondió: "Pero, ¿es que has escrito alguno alguna vez?".

El caso es que no quiero repetirme y acabar imitando mi propio estilo para pasar a ser una especie de parodia de mí mismo. Pero tampoco quiero forzar el positivismo simplemente porque estos días estoy un poco triste de verdad. Así que hoy ni una cosa ni la otra: sólo esta explicación.

Quede aquí mi testimonio. Otro día que esté más animado a lo mejor os cuento los motivos de mi melancolía y nos reímos todos juntos como de costumbre. Gracias por leer.

3 comentarios:

Ariadna dijo...

Bueno la felicidad o la alegría no generan escritura. Cuando estas en un momento de felicidad vives, no lo cuentas y los intentos de contarlo son bochornosos...

Algo optimista? Lo de los mineros de Chile me ha gustado... De ti, alegrate, creo que vives cerca del mar, no?

Besos

Anónimo dijo...

El mar me gusta. Tienes razón. :) Gracias y ¡viva Chile!

carles dijo...

Haz como yo en mi blog: escribe de cosas impersonales... jejeje. Detrás del comentario de una obra o de la crítica de una película es más difícil adivinar si estás depresivo, optimista o sentado en la repisa de la ventana, a punto de saltar. De momento lo llevo muy bien así... pues descubrí que "desnudarme emocionalmente" en la red (cosa que tú haces muy bien y con acierto) me perjudicaba.

Ahora ya sabes porque hablo de cosas impersonales... Pero tú sigue como hasta ahora: has creado un estilo, pero no un personaje (Fermín a parte, claro). Así que no te preocupes porque no creo que nadie piense que estás tarado...