4 de febrero de 2009

LA SOCIEDAD DEL MIEDO

"De lo que tengo miedo es de tu miedo" (William Shakespeare)


Ya no eres un niño pero sigues teniendo miedo. El miedo de adulto es mucho peor. Ya no tienes los trucos, los juegos, los mayores que te protegen de todo. Ahora tienes que protegerte a ti mismo y nadie te ha enseñado a hacerlo. Puedes dedicar tu vida a proteger a los demás y olvidarte de tu miedo o puedes afrontarlo cara a cara. Pero aunque el miedo tiene muchas formas, en realidad no tiene rostro; sólo el tuyo propio. 

Tienes miedo de crecer y miedo del paso del tiempo. Miedo de madurar, miedo del miedo y de la muerte. Un día, cenando con unos amigos, habláis del facebook. Al parecer, una joven ha desaparecido en alguna parte. Al parecer, se sospecha que pueda haber sido brutalmente violada y asesinada. Se dice, se comenta, que los asesinos estaban al corriente de todos sus movimientos a través de sus fotos y sus mensajes en facebook. Dónde iba. Con quién quedaba. Qué hacía, qué días y a qué horas. Miedo al facebook

Dejas de usar facebook. Borras todo tu pefil. Eliminas todas tus fotos, especialmente las de tu pequeño sobrino; vete a saber lo que puede llegar a hacer cierta gentuza con las imágenes de un niño. De paso, dejas de conectarte al messenger. Internet. Cancelas todos tus blogs, tus espacios. Y dejas de enterarte de cuándo quedan tus amigos. Ya no te invitan a las fiestas. No tienes móvil por miedo a los tumores cerebrales. Nadie se pone en contacto contigo. Pero no importa, ahora tienes más tiempo para ver televisión. 

Al cabo de una semana has vendido a tu perro. Ya no te miraba como antes. Tenía algo en los ojos que te decía que iba a volverse loco, saltar a tu cuello de repente y morderte la yugular hasta la muerte. No dejas que tu abuela abra la puerta a nadie. Cualquier amable señora puede ser una envenenadora, una asesina que sólo quiere robar todo el dinero que tengas debajo del colchón. Y por supuesto, ya no compras carne de vaca, ni menos aún de pollo pues ya presentías los primeros síntomas de fiebre de la pandemia china. Tu casa tiene dos cerrojos; estás pensando en poner una alarma. Cualquier día entran y te desvalijan sin que ni siquiera te despiertes. Ahora que has sacado todo tu dinero del banco por miedo a que quiebre y pierdas todos tus ahorros, hay que tener más cuidado. Al cabo de un mes, ya no enciendes la televisión. Ya no sales a la calle. Ves en cada rostro extranjero al hombre del saco. En cada mujer, una arpía. Cada callejón oscuro es la boca del lobo. La chica desaparecida no estaba muerta. Se había escapado y tenía miedo de volver porque creía que la iban a castigar. Tú ya no te enteras de eso, porque ya ni siquiera sales de tu habitación. Por miedo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Miedo a comentar.

Olga Martínez dijo...

Miedo a sufrir,
Miedo a la realidad,
Miedo al rechazo,
y al final... miedo al miedo.


Algún día podremos decir que hemos mirado a los ojos al miedo.

Sergio G.C. dijo...

Genial !!!

Tengo un blog sobre tecnología y educación y voy a enlazarte este artículo porque me viene al pelo.

Gracias !!

Sergio