15 de enero de 2012

ENTRE DIOS Y LA MIERDA

"La mierda es un problema teológico más complejo que el mal. Dios les dio a los hombres la libertad y por eso podemos suponer que, al fin y al cabo, no es responsable de los crímenes humanos. Pero el único responsable de la mierda es aquel que creó al hombre" (La Insoportable Levedad del Ser, Milan Kundera)

FOX
Tengo que redactar un trabajo sobre religión y ética periodística, así que busco "Dios" en Google y obtengo aproximadamente 319.000.000 resultados. Uno no puede evitar cierta decepción, tratándose de un ser omnisciente, omnipotente, omnipresente y eterno.
Te preguntas: "¿Ya está? ¿Eso es todo lo que sabemos sobre Dios?".
El primer resultado es la definición de Dios en Wikipedia. El segundo resultado es la definición de Dios en La Frikipedia. El tercer resultado es un recopilatorio de las mejores frases de Dios tales como: "Dios es mi personaje de ficción favorito", atribuida a Homer Simpson.
No vamos bien. A ver si va a ser que no existe pienso.
Pasa una hora y no he escrito ni una línea. Otra vez. Empezar es siempre lo más complicado. Cuando consigues un par de líneas, sólo tienes que seguir el hilo con lo primero que te pase por la cabeza. Con las obras de teatro sucede lo mismo. Y con la literatura.
También con las relaciones: lo difícil es besarse, lo demás es todo inercia.
En www.dios.es se preguntan si Dios existe, para luego responder: "Para mí la pregunta de si Dios existe o no existe, carece de importancia". Y sin motivo aparente me acuerdo de que mi amiga @ReichMT me comentó un día que Google era Dios porque lo sabe todo y está en todas partes, responde a tus rezos y no sé qué más.
Así que busco "Google" en Google esperando que se produzca una especie de bucle infernal; un agujero negro que destruya el universo como uno de esos aceleradores de partículas.
Pero no sucede nada y obtengo aproximadamente 15.290.000.000 resultados. Son 15 mil millones de resultados más que Dios. Aproximadamente.
Milan Kundera se pregunta en La Insoportable Levedad del Ser si Dios caga.
Sí, exacto.
Es un bestseller.
Milan Kundera dice que cuando veía de pequeño la representación de Dios como un anciano sentado en una nube, con una larga barba, ojos, nariz y boca, se preguntaba:
Si Dios tiene boca, ¿comerá? Y si come, ¿tendrá tripas?
He aquí el problema. Porque si Dios tiene tripas, está claro que Dios tiene culo y caga. Y eso es, sin duda, una blasfemia, porque Dios y la mierda, según entendí en catequesis, debieran ser incompatibles. 
Intento no pensar más en ello porque no me lleva a ningún lado (si un caso, al infierno), pero en los ratos muertos vuelve a rondarme por la cabeza como una pesadilla recurrente. En el metro, rodeado de personas inocentes, me planteo:
¿Cómo sería un zurullo de Dios? ¿Brillaría como el Santo Grial? No puede ser un truño común, es mierda divina. De un abono así, tienen que crecer maravillas.
A mi lado, un hombre de pelo cano lee un libro diminuto. Parece un diccionario de bolsillo pero el encabezado reza: "El Reino de Dios ya se acerca". ¿Habrá en ese Reino un yerno de los cielos corrupto?
Saco mi Samsung Galaxy y trato de evadirme. Busco "mierda" en Google y obtengo aproximadamente 140.000.000 resultados. La mitad que Dios.
El hombre canoso se lame la punta del dedo y pasa de página. Está claro que es un buen cristiano. Quisiera preguntarle: "¿A usted le parece, como creyente, que Dios defeca?"
Pero no digo nada porque la pregunta en sí no tiene sentido.
"Si Dios es color carne, Dios tiene piel. Y si Dios tiene piel, Dios suda. Y si suda es porque bebe agua. Y si bebe agua, mea. Y si mea, tiene pene. ¿No cree usted, buen hombre?", se me ocurre.
Pero no abro la boca.
Si Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza, esto sería así. Y tendría culo y una santa polla. Lo de los pechos y la vagina son cosa de la mujer, ya sabéis, esa costilla venida a más. Pero lo más seguro es que Dios no hiciera al hombre a su imagen y semejanza, sino más bien lo primero que le salió y, por eso, las cosas nos van como nos van.
Leo en twitter que el Papa ha declarado: "El matrimonio homosexual es una amenaza para el futuro de la humanidad". No la contaminación. Ni el armamento nuclear. Ni el Sida. Que los mariquitas se casen. Sí. Ni el cambio climático. Ni el terrorismo. 
¿Usted cree que el Papa ha tenido alguna vez una erección, señor canoso?- quisiera preguntarle. Pero no lo hago porque parece una buena persona. Es lo que tiene la palabra de Dios, que invade incluso las mentes de la buena gente.
Uno puede escoger no masturbarse pero, ¿puede elegir no desear? ¿Puede escoger no excitarse?
Leo en twitter que el obispo de Córdoba dice que la escuela "incita a la fornicación". Este tipo no conoce a mis profesores de matemáticas. 
¿Usted cree que el obispo de Córdoba eyacula? ¿Tendrá sueños húmedos? Eso es algo que, en principio, no se puede evitar. Y si es así, ¿soñará con Kim Kardashian? ¿O su inconsciente preferirá a Cristiano Ronaldo? O peor, a Justin Bieber... ¿O a Selena Gómez?
El señor devoto se baja del metro sin responder. Seguramente es que en vez de decirlo lo he pensado. Será mejor así.
Busco "sexo" en Google y obtengo aproximadamente 474.000.000 resultados. Eso son 100 millones más que Dios.
Creo que voy a cambiar el tema de mi trabajo.

1 de enero de 2012

DESEOS Y ACCIDENTES

"No mentirse a uno mismo, ni mentir a los demás sólo es posible en el supuesto de que vivamos sin público. En cuanto hay alguien que observa nuestra actuación, nos adaptamos, queriendo o sin querer, a los ojos que nos miran y ya nada de lo que hacemos es verdad" (La Insoportable Levedad del Ser, Milan Kundera)

MULA

Ayer leí que la sociedad se divide en dos grandes grupos: los hijos que fueron deseados por sus padres y los que fueron accidentes. Desde entonces estoy obsesionado con esta idea.
Me pasa a veces. Resulta más fácil dar un sentido a la realidad viéndola desde una perspectiva simple que lo explique todo.
Según los expertos, el hijo deseado tiene como única misión en la vida cumplir con el proyecto que sus padres han imaginado para él. Por el contrario, el hijo accidental debe hacerse perdonar su venida al mundo.
¿No te resulta reconfortante? Yo es que no acabo de estar muy bien de la cabeza. Hay que tomarlo como un juego. Unos son complacientes. Los otros piden perdón por existir a cada momento.
Mi profesor de Redacción me dice que tengo un gran instinto periodístico. Lo que quiere decir en realidad es que soy un mirón, un cotilla. Que no estoy aquí; que sólo lo observo. Mi profesor me dice que va a ponerme matrícula de honor y yo digo: "Gracias". Lo que quiere decir es que tengo una enfermiza curiosidad por saber lo que se esconde detrás de las personas.
Un interés patológico por encontrar explicaciones a las cosas.
Es muy sencillo, todos pueden jugar. Se trata de adivinar lo que en realidad está a la vista de cualquiera.
Por ejemplo, el chico que en la comida familiar de Navidad dice que quiere repetir. Hay cantidades ingentes de alimentos sobre la mesa y nadie se atreve a ingerir ni una miga de pan más por miedo a explotar. Algunos han empezado a sudar. Algunos se han desabrochado el pantalón. Nadie puede comer más, pero entonces alguien dice que quiere otra ración. Ese chico. ¿Deseado o accidental?
Es divertido, ¿verdad?
El chico que sigue apasionadamente una serie de televisión y no tiene ningún reparo en comentarla con sus amistades más cercanas, hasta que una tarde, en una reunión social en un bar alguien dice: "¿Conocéis esa serie? ¿No os parece la peor mierda que se haya filmado jamás?". Y el chico calla y bebe un sorbo de su cerveza hasta que cambie el tema de la conversación porque confesar le resulta demasiado doloroso. Ese chico. ¿Deseado o accidental?
O el que en el trabajo hace exactamente lo que el jefe le ordena. Incluso aunque sea claramente injusto. Aunque no sea su obligación y el jefe no esté mirando. ¿Deseado o accidental?
O el que habiendo nacido en Barcelona es forofo del Madrid como su padre y como su abuelo. ¿Deseado o accidental?
O el que responde siempre: "Lo que tú quieras". O el que dice: "Mis padres son los mejores padres del mundo". O el que en el metro escucha música mirando al suelo.
¿Deseados? ¿Accidentales?
Mientras mi profesor me elogia, tengo la extraña sensación de estar pidiéndole disculpas por sacar tan buena nota. Algunas veces no es agradable hacer las cosas demasiado bien. Le miro como diciendo: "Está bien, pero vamos a guardar esto en secreto, ¿de acuerdo?".
Pero lo que en realidad le digo es: "He disfrutado mucho de la asignatura".
Al llegar a casa, mi madre está leyendo una novela de Ruiz Zafón sentada en el sofá. Lleva puestas las gafas de mi padre. Ella lo sabe. Él lo sabe. No siempre se ve mejor con las propias gafas. Le digo:
Mamá, he sacado matricula de honor en Redacción.
Mamá me mira por encima de las lentes y pregunta:
¿Eso qué quiere decir? ¿Que te va a salir gratis la asignatura?
¿Deseado o accidental?