Los días no son mundiales son... diarios. Acojonante reflexión, ¿no creen? El mundo es un enorme pedazo de tierra, materia física que gira sin rumbo perdida por el universo. Un día es una unidad de tiempo inventada por el hombre para calcular cuánto falta para que lleguen las vacaciones. Nada que ver. De esta manera, un día puede ser largo, corto, lento, rápido pero, por definición, no puede ser nunca mundial. Todo esto, claro, bajo mi lamentable punto de vista. Hoy me he levantado aristótelico. Aclarado esto...
Ayer fue el día mundial del teatro. ¿Qué demonios significará eso?
Yo soy actor. Eso me decían en la escuela de interpretación. Pero no tenía ni idea de que el 27 de marzo era el día del teatro. De hecho recordaba vagamente que tal día mundial existiera. Ni siquiera me hubiera enterado si no llego a leer en el muro del facebook de Lorelaidebandai Que Guay una felicitación para todos los actorcillos. Ayer tenía intención de ir al cine. Pero me llamó Marc y fuimos a esa especie de rellano enfrente del Teatro Romea donde se ve que hay un monumento a Margarida Xirgu. Daban entradas gratis para el teatro y actuaban unos compañeros: Els Xerraires (no os perdáis su espectáculo del Teatre del Raval). Lo peor de los actores es que al teatro preferimos ir sin pagar.
Que exista un día mundial del teatro es en parte un signo de decadencia. Hay el día mundial del cáncer de mama, el día mundial contra el sida, el día mundial de la paz, del agua, del pueblo gitano... Y así tantos días mundiales como injusticias, luchas y tristezas se os ocurran. Que exista un día mundial del teatro poco dice en su favor.
El caso es que fuimos allí y no tenían ni un triste escenario, los pobres. Habían acudido estudiantes de interpretación convocados por la organización disfrazados de romanos. Todavía me pregunto el motivo. Salió la Lloll con unas grandes gafas de sol, sonriendo mucho y presentó a Mario Gas haciendo una especie de chiste con su apellido. Mario Gas se lamentó de cosas durante más minutos de los que uno tarda en mirar su reloj. Dijo algo sobre la dignidad de la profesión mientras yo miraba el calzoncillo rojo del actor disfrazado de romano que aplaudía delante de mí. Había bastantes medios de comunicación. Me pase toda la tarde esquivando las cámaras, tonto yo. Y cuando salieron Els Xerrarires, fallaron los micrófonos. No hay cosa que me haga sufrir más que eso, sobretodo si el que está en escena es un amigo.
Afortunadamente, las entradas que nos tocaron fueron para una obra excelente: Un Déu Salvatge de Yasmina Reza. Estupenda. Un gran montaje. Bien interpretado y muy bien escrito. Y es que yo, aunque no lo parezca, soy bastante optimista frente al panorama teatral. Siempre tenemos varios montajes recomendables en la ciudad al mismo tiempo, incluyendo teatros grandes y pequeños. Lo que pasa es que hay que saber escoger. De ahí que lo del día mundial del teatro me dé cierta pereza porque, cuando te encuentras con una buena obra, es evidente que no necesita la compasión de nadie; y menos cuando el supuesto homenaje no está ni siquiera a la altura.