Estamos acostumbrados a que los periódicos y los telediarios nos cuenten todos los días malas noticias. Eso, en mi opinión, provoca que tengamos una visión negativa del mundo y una postura pesimista frente a la vida. ¿Cómo se puede ser feliz en un mundo lleno de desgracias? Obviamente, no se puede. Así es como muchas personas encuentran justificación a su desdicha, como si no fueran dueños de su propio destino. "Que la vida es injusta", se dicen y sólo tienen que encender la televisión para comprobarlo. Sin embargo, todos los días existen buenas noticias que nadie nos cuenta. Tenemos una mala concepción de lo que es una noticia. Es lo que nos han enseñado. Afortunadamente, no tenemos por qué seguir al pie de la letra todo lo que nos dicen. Podemos decidir por nosotros mismos. Las noticias pueden ser buenas noticias si queremos.
Ayer leía por internet una buena noticia: Cha Sasoon, una mujer surcoreana de 68 años ha aprobado el examen teórico de conducir después de haber suspendido 949 veces. ¡Bendita sea, buena mujer, y enhorabuena! Uno puede aprender muchas cosas de este mundo, si tiene los ojos lo bastante abiertos. Hoy esta mujer me ha enseñado que rendirse no sirve de nada. Ella quería sacarse el carnet de conducir y de momento el teórico le ha costado unos 5.800 euros. Durante cinco años, ha estado acudiendo a diario, suspenso tras suspenso, a realizar el examen. Todos los días desde abril de 2.005, excepto los festivos y los fines de semana. ¿Y sabéis por qué? "No podía dejarlo a medio camino después de los esfuerzos invertidos", ha dicho. ¡Qué maravilla! No puedo decir otra cosa. Esta señora ha supuesto para mí el pequeño empujoncito moral que me hacía falta justo ahora. Voy a tomar las riendas de mi vida. Voy a ir a por todas. Rendirse no sirve de nada. Pronto tendréis noticias sobre cambios en mi vida. Cambios importantes. Cambios que me ilusionan. Hace falta una crisis para redirigir tu vida. Hacen falta buenas noticias. Tener los ojos abiertos. Perseverar. Y siempre volver a intentarlo... hasta conseguirlo. Como Cha Sasoon, que ahora se presenta al examen práctico. La lucha por lo que uno quiere nunca termina. Pero esa lucha es precisamente lo que nos hace ser quienes somos.
Gracias, Cha Sasoon. Gracias.
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