29 de marzo de 2011

EL COWBOY

"Casi siempre es el miedo de ser nosotros lo que nos lleva delante del espejo" (Antonio Porchia)


¿Tú qué piensas cuando te levantas por la mañana y te miras al espejo?
Hoy en el metro había un anciano vestido de vaquero completamente de blanco. Sombrero blanco de cowboy. Camisa blanca con tiras rojas en los brazos. Una estrella de sheriff. Pantalones blancos y unas resplandecientes botas de piel de vaca. Mientras lo miraba me preguntaba si iba disfrazado o simplemente se había levantado por la mañana, se había mirado en el espejo, con sus ojeras perpetuas y su bigote blanco y se había dicho:
Hoy saldré a la calle como si fuera un híbrido entre Elvis y Chuck Norris.
Un pobre guiri adolescente le observaba sin dejar de sonreír; ilusionado como un niño en la puerta de un parque de atracciones. Suele pasar en Barcelona. El anciano con sus gafas de sol de aviador miraba al frente hipertérrito. El guiri, con timidez, no tardó ni un minuto en hacer uso de su reluciente sonrisa y se acercó para pedirle una fotografía. Pero el viejo protestó gruñón y le negó con la cabeza. El guiri no se lo podía creer, así que insistió, a lo que el vaquero lo largó con un gesto desagradable con la mano.
El chaval se alejó de allí arrastrando la mirada por el vagón y entre los asistentes se percibió un sordo abucheo. ¿Cómo un tipo vestido de una forma tan divertida podía ser tan arisco?
¿Qué lleva a un hombre a disfrazarse de cowboy?
De repente me di cuenta que un vaquero no tiene nada de simpático. Quiero decir que no es un payaso o un bufón. Quiero decir: Chuck Norris, John Wayne, Gary Cooper, Charles Bronson. ¿Qué tienen de divertido? Incapaces de expresar sus emociones, duros, fríos, solitarios, malhumorados; hombres anticuados que no saben amar. Amargados que odian a todo el mundo y a sí mismos. Que no saben llorar.
Quizás aquel hombre decidió esta mañana disfrazarse de hombre: de la idea de hombre que la sociedad, el cine y la cultura nos ha venidido. Para realizarse. Para asumir lo que es en realidad. Para desvelar su verdadera identidad, en vez de esconderla.
¿Divertido? ¿Cómo se comportaría Clint Eastwood en uno de sus westerns frente ante un adolescente pesado?
De repente pensé en todos esos tipos educados para ser hombres, que viajan en metro malhumorados porque no les gusta la vida que llevan, el trabajo que tienen; que han perdido la ilusión, que se quejan y se sienten perdidos aunque nadie les molesta pidiéndoles una foto.
Al llegar a casa, fui directo al espejo. También iba disfrazado de cowboy. Todavía no me lo explico.

1 comentario:

Mon dijo...

Profundo. Creo que todos nos disfrazamos para justo lo contrario, mostrar una imagen que no es la verdadera y no para comportarnos tal y como somos. quien es más cuerdo y consecuente con él mismo, el vaquero o el resto de la sociedad? almenos yo, lo tengo claro.