7 de julio de 2008

MIRAR Y VER

Mi profesora de clown siempre me decía: "No basta con mirar al público. Tienes que verlo".


Fue como sacar la cabeza por la ventanilla en mi último avión de camino a casa. Mi cabeza atravesando las nubes a setecientos kilómetros por hora. Mi cara aplastada contra el aire y los recuerdos. Fue como perder los sentidos por el camino. Fue como mi nariz y mi boca y mi lengua soltándose de mi cara y perdiéndose en algún lugar allí atrás. Mis ojos. Mis orejas. Todo yo despedazado y esparcido por el mundo. Fue como llegar a ser una cara sin rostro; vacía sobre un cuello y pelo por encima.

Igual que un dibujo animado que sale corriendo de un lugar, pero su figura permanece unos segundos hasta convertirse en una nube de humo. Mi cuerpo llegó a casa pero no mi esencia. Y ahora mis miembros renacen, cual lagartijo, los ojos, la lengua y las orejas que perdí en la ventanilla del avión. Mi nariz. Y ahora poco a poco vuelvo a ver, oler y saborear. No sólo he vuelto; poco a poco, estoy presente.

Estaba en la salida de metro de Collblanc con mis gafas de sol y mi cara de ciudadano. El dentista acaba de decirme que mis implantes dentales no causaban problemas y que me podía ir a casa. Pero en vez de eso, me iba a Port Aventura a celebrar el cumpleaños de mi amiga Noe. Estaba esperando, mirando el coche de Miquel pero sin verlo, cuando un extraño anciano de rostro colorado inició una serie gestual diciéndome respectivamente: "balón", "futbolista", "allí". Yo respondí en inglés: "Yes, it's right there". Y así tratamos de comunicarnos como hombres de las cavernas, yo en inglés y él con extraños movimientos rápidos. Tema: el Camp Nou. Razón: ninguna. Comprensión: cero. Finalmente, me dijo en un perfecto andaluz: "No , era por zi no zabíah ande era", y se fue.

Lo curioso no es que aquel individuo viera en mí un turista buscando el Camp Nou, sino que yo viera en él el mismo personaje. Yo, creyéndome observador, siempre había presumido de tener muy buena intuición en ver las cosas. Sin embargo, parece que pasaba la mayor parte del tiempo mirando sin ver que en realidad no veía. Así paseo mi perdida mirada por mi ciudad y entro a QSS a buscar unas fotos que encargué en Fotoprix o entro a una colchonería a cortarme el pelo. Confío en que el velo de confusión de mis pupilas desaparecerá a medida que aprenda una lección de todo esto. Mi abuela ya me enseñó que, en casa, siendo la más ciega, era la que más claro veía. Ver es algo que va mucho más allá de los ojos. Lo que no sé es si todo el mundo ve en mí lo que el señor que me confundió con un guiri. O ven lo que les da la gana. O ven simplemente a un mirón. Eso no lo sé. No lo veo claro.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bienvenidos sean tus sentidos de nuevo.



Y me alegró ver-te;)


Fdo: Ella Baila Sola

xesca dijo...

poco a poco, retomar el sentido de tus sentidos no debe ser fácil, eso te pasa por irte a esos países raros perdidos del mundo, jeje, claro como los ingleses piensan al revés, pues ahora tienes que acordarte de pensar otra vez como dios manda!
me alegro de que tus posts están de vuelta.

Anónimo dijo...

Ver lo que tienes cerca es mas facil de lo parece.

Aunque no te pongas ni las gafas ni las lentillas...ves muy bien.

:)