20 de agosto de 2007

NIGHT MANAGER

Es mentira que en Londres haya niebla por la noche. Sólo hay lluvia y viento; y prositutas y españoles borrachos; y gente bebiendo en la puerta de los pubs; y taxis que circulan por la izquierda. Si te alejas del centro, ni siquiera eso. South Kensington, donde está el hotel donde trabajo, es un barrio residencial acomodado, pijo y aburrido. A pesar de estar en el centro, está completamente muerto. Londres es una ciudad de contrastes. Lo mismo estás en una calle del Soho rodeado de locales de ambiente, que giras la esquina y te encuentras en Chinatown con cincuenta restaurantes orientales idénticos uno al lado del otro. Cambias de temática radicalmente solo avanzando, como si estuvieras en Port Aventura.

BBC

South Kensington es el barrio que los los ricos ingleses necesitan. Por aquí nadie pasa, excepto ellos. Las aceras están llenas de BMWs y Mercedes y monovolúmenes. Las calles están vacías. Ni siquiera hay policías, no los necesitan. De igual forma que mi hotel no necesita guardia de seguridad. Cualquier hotel que se precie tiene uno, además de un recepcionista (aquí mismo tengo, por ejemplo, una caja fuerte llena de dinero de toda la gente que paga en efectivo), pero en Barkston Garden Hotel saben que no hace falta. Aquí no hay robos. Me siento más tranquilo desde que sé que en este barrio los ladrones tiene un nivel de vida más alto que el mío.

Mi cargo es night manager, que viene a ser algo así como "chico para todo nocturno". Eso hace mi trabajo (por llamar de alguna manera al rato que paso aquí) más monótono, aunque también me permite hacer lo que me venga en gana. Ahora mismo son las cuatro de la mañana y estoy escribiendo esto, disfrutando del wifi de recepción desde mi portátil. No hay nada mejor que hacer. Es lunes, no hay clientes nocturnos. Los sábados, algunas veces, aparece alguna pareja inquieta en busca de un colchón. Atiendo a menudo, los fines de semana, a cuarentones con anillo de casado, acompañados de mujeres teñidas de rubio y con minifalda que cuestan el doble que la habitación. Siempre pagan en cash y nunca piden recibo. Pero entre semana nadie folla.

Así que me adapto bien, a pesar de mi reticencia inicial, y disfruto, ahora que mi cuerpo se ha acostumbrado a dormir después del desayuno, y dedico mi tiempo a escribir, leer, conectarme a internet, hacerme bocadillos con la comida de los huéspedes, zappear por los cien canales de la televisión y prepararme cafés. Mi jefe interior está contento, porque lo poco que tengo que hacer lo hago y lo hago bien. Y mi nivel de inglés mejora ligeramente, a pesar de la poca paciencia de algunos huéspedes que, al igual que muchos en España, repiten más fuerte y sin vocalizar aquellas palabras que no entiendes, sin decirte ningún sinónimo o definición que pueda ayudarte. Se limitan a gritar, sin hablar más claro, como si así consiguieran que las palabras penetraran en mi cabeza y tuviera una revelación. Anécdotas ya tengo unas cuantas, para alegría de mi guionista interior, que es copión y perezoso, pero ya las contaré otra noche, que está apunto de empezar The X Factor en la ITV1. ¡Ah! Se me olvidaba: por la mañana me traen el desayuno y el Times. ¿Se puede vivir mejor?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya sabía yo que adaptarías pronto a tu nuevo empleo. O mejor dicho, que tu nuevo empleo se adaptaría a ti. Estoy seguro que si trabajaras en Urgencias del hospital más concurrido de Londres también encontrarías tu tiempo para ver la tele, hablar por Internet y comerte la comida de los pacientes... Jijiji (risa de chino).

Es que el que nace para "señorito" (léase la palabra a lo Gracita Morales), no puede hacer nada para evitarlo.

Bueno, que estás hecho todo un "dandy"... Hasta otra, Sir.

Anónimo dijo...

No, desde luego no puedes vivir mejor,...ese es tu estilo de vida ideal!!!!
No hago nada y me pagan!!!

Bien bien, de mayor quiero ser como tu!!

Aprende ingles que para eso estas alli!!!:)

Yo dentro de dos meses justo...a Japoooon!!!!!

Un beso!

Fdo:Ella baila sola