27 de febrero de 2012

SUBÍ AL ASCENSOR

Subí al ascensor
de mala manera en la oficina
y sonaba aquella canción
que susurraste en mi oído
mientras te hacía el amor
una tarde que llovía.

“Qué mala era”, pensé.
¿Por qué me cantaste aquello?
Mira que existen canciones.
¿Qué estarás haciendo ahora?

En el espejo, mis ojos
ya no tenían el brillo del invierno,
ni mis labios estaban cortados,
ni sonreía,
ni tenía ganas de verte.

Tú me amabas, recordé,
como la risa ama la ginebra,
y a mí me gustaba el toque verde
del sol reflejado en tus pupilas.

Ya pasó y, sin embargo,
sonaba aquella canción
que nunca me había gustado.

Lo mismo que tus complejos,
tus miedos, tus manías.
Tus disparates, tu inconsciencia.

Subió el ascensor despacio
y no tuve tiempo de llorar.

Te quise tanto, ahora me acuerdo...
Dime, ¿por qué?
¿Por qué lo estropeaste?

1 comentario:

Mon dijo...

muy bonito y triste a la vez...