24 de junio de 2009

DICEN QUE LA DISTANCIA

Dicen que la distancia es la osadía
de los necios de idilios de ficción,
que es poesía, esta pena mía,
que no tengo derecho a extremaunción.

Que es como amar el aroma del viento
que atraviesa en verano nuestras casas,
divagar con las nubes del momento,
curar las quemaduras con las brasas.

Me atormenta pensar en el mañana
con la presión de los demás encima,
si estoy solo sentado en mi ventana
y no me quedan fuerzas ni autoestima.

Tus ojos son consuelo de mi llanto,
tus juegos son destellos de mi sombra,
tu boca, una pensión; tus besos, ¡tanto!
Mi alma sin tu amor, solo una alfombra.

Si ando reescribiendo como loco
el plural de la primera persona,
es porque sentir así es sentirte poco:
Madrid, Alicante, Glasgow, Barcelona.

La paciencia que doy es la que pido
al mago de tu aliento que promete
la derrota de lo desconocido
con tres ases debajo del tapete.

Te espero como esperan los soldados
a que acabe la guerra del vecino.
Te imploro, corazón: ¡Ve con cuidado,
que aún queda lo más duro del camino!

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