2 de marzo de 2009

¡COÑO, PEPE!


¡Coño, Pepe! Me he enterado de lo tuyo, nene. ¡Qué disgusto! No esperaba esto de ti, mariconazo. Tú que tenías cuerda para tanto, caña para tantos y tanto humor todavía. Voy a echar de menos tu carcajada, tu verborrea, tus palabrotas, tu camisa negra, tus onomatopeyas. Recuerdo verte en directo de adolescente y quedar fascinado por tu personalidad, tu punto de vista, tu energía. Una fuente inagotable de buenas vibraciones, de generosidad, de chistes sin fin. Verte, Pepe, era no querer marcharse nunca. No he tenido el placer de conocerte y, sin embargo, te quiero. Y que conste que no es habitual en mí eso de querer a quienes no me conocen. Pero tú destilabas amor en cada discurso y cada taco estaba lleno de carisma. Por eso, Pepe, me ha dolido sinceramente. He sentido mucha pena. Pero no por ti que seguro sigues disfrutando a tu manera de una mulata y un paquete de Ducados; he sentido mucha pena por nosotros que nos quedamos huérfanos de Rubianes. El mundo hoy es peor, sin duda. Personas como tú son necesarias. ¡Coño, Pepe! ¿Por qué? Si todavía tenías tanto que decirnos. Me quedo con ganas de más, Pepe. No me resigno. Seguiré pensando que voy a volver a verte pronto en televisión o en el teatro o me voy a cruzar contigo por la calle Tallers, como otras veces. Mientras tú sigue a lo tuyo: volando libre, como hasta ahora. No te canses de reír. Y saluda a Eugenio de mi parte. Con todo el cariño, Pepe. Hasta siempre, Rubianes. Solamente.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Reacciones? Q si mola mucho, q si mola poco... no entiendo. NO MOLA NADA OIGA. No mola que el sr. Cáncer se lleve a los que le dan el humor a la vida, que tanto le hace falta. Nadie áfirmará con tanto gusto que "PUTA CRISIS DE LOS COJONES Y LA PUTA MADRE QUE LA PARIÓ" como nuestro primo Pepe.
Joder, es que se le quiere. Sí, Oiga, le quería, y se ha ido. Y me siento triste. Quizá es una tristeza egoísta porque no le veré más, pero es tristeza.
Nadie me ha hecho reír tanto y tan seguido como él.
Quizá sus pulmones no aguantaron el trabajo a destajo que su no-parar-de-hablar provocaba.
Quizá el reírse con tanta alegría de la vida ha hecho que ésta se rebotara.
Quizá su ingenio, ponia celoso a Dios y al Demonio de los que tan bien se burlaba...
Sea por lo que fuere, se marchó, sin despedirse. Como los amores que más huella dejan. Y desde el entrañable blog de mi querido amigo Iván, me despido de él, y le agradezco profundamente las risas que me vendió, las que le compré y las que me regaló.

judit dijo...

Sigo de luto por Rubianes,
gracias por expresar TAN BIEN lo que siento por su pérdida.
estoy de acuerdo con Noe, no mola nada, tengo un agujero grande en el corazón y no se con qué llenarlo ... a ver si colgais pronto trocitos del espectáculo nuevo y lo puedo remendar un poco.