19 de octubre de 2008

MI HABITACIÓN

"Mis problemas, mi celda, mi prisión; mi lucha, mi ilusión; mi perdición. Una puerta, una cama y un colchón. En mi habitación..." (Antonio Flores, Mi habitación)

Ha tardado bastante. Concretamente, veintiséis años. Y es que yo nunca había tenido habitación propia hasta ahora. Cuando nací, dormía en una cuna al lado de la cama de mis padres. Después esa cuna fue trasladada a la habitación de mi hermana. Y allí estuve bastante tiempo. Por problemas económicos, tardé bastante en tener una cama. A mi madre no le gusta que lo cuente, pero recuerdo cómo mi cabeza chocaba contra los hierros del cabezal de la cuna cuando estiraba los pies apoyados en los hierros de abajo. Así iba midiendo mi crecimiento. Afortunadamente, mi padre consiguió un trabajo mejor y no tuve que pasarme toda la vida en la cuna. Con los primeros buenos sueldos compraron una habitación doble. Así compartí la habitación con mi hermana hasta la adolescencia, rodeado de posters de Luke Perry y Brad Pitt desnudo (me autocensuro un chiste). Pero ya en el instituto se empieza a necesitar cierta intimidad, así que por el bien de ambos, me instalé en la salita de la entrada que hasta entonces había sido el cuarto de invitados. Me convertí en un invitado en mi propia casa. Intenté transformarlo en mi habitación llenándolo con mis cosas y colgando posters de Hitchcock y Jim Carrey, pero ahí estaban los libros de la II Guerra Mundial y las novelas de aventuras de Emilio Salgari que nada tenían que ver conmigo. Años después, me fui a Glasgow y esa es ahora la habitación de mi abuela.

Hoy, por fin, tengo mi propio cuarto. Mi habitación. ¡Mía, mía! Hecha para mí, a mi gusto y medida. Y es maravilloso. ¡Soy muy feliz! Tengo mi espacio para escribir, dormir, trabajar, dibujar y lo que quiera. Tengo un armario enorme para mí solito. Y mi ventana. Mi escritorio. Y una silla con ruedas para dar vueltas. Cuando mi tío por fin llamó desde su tienda de muebles para avisar que ya los iban a traer, no me lo podía creer. ¡Qué sensación! Después de tanto tiempo... Es verdad que en Glasgow tenía mi pisito, mi cuarto y mi espacio, pero es de agradecer tenerlo también sin necesidad de marcharse del país. Con todos tus amigos cerca. Con los papás y la yaya a dos calles. Compartiendo piso con tu hermana. Porque la vida puede ser una experiencia plena y satisfactoria, ahora sólo quiero que venga Álex a dormir la siesta sobre mi pecho en el nuevo colchón de latex. Es como dormir en una nube... Y con eso, ya lo tendré todo. ¿Qué más podría pedir?

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Por fin la veo!!

Espero muy pronto verla, usarla y admirarla, ajaz.

Pero antes, toca la mia.

:)

Anónimo dijo...

me alegro un monton! por fin tienes tu propio espacio íntimo para que sea solo tuyo y poder tenerlo y usarlo como quieras

Juliana ^_^

xesca dijo...

Enhorabuena por el estreno! siempe es reconfortante tener un espacio propio.
Besossssss

Anónimo dijo...

Felicitats per la "nova cambra". Jijiji. Bé, felicitats, sobretot, per la teva independència.

Anónimo dijo...

Benvingut!!! :)

Anónimo dijo...

y qué bonita.....!!!! ^^