12 de octubre de 2008

ANODINIA


Aquella mañana, el metro seguía lleno de caraculos pero ya no me importaba. Nada había cambiado: yo sí. Algo es algo. Cuando algo cambia en ti, parece que todo a tu alrededor también cambia; aunque siga igual. Había cogido el diario Qué!, probablemente el peor periódico imaginable (lo cual tiene su mérito), y paseaba la mirada por escandalosos titulares; me hacía sonreir o eso creía. ¿Os ha pasado alguna vez que creéis estar sonriendo cuando en realidad estáis serios? La odiosa ventana reflejó mi boca inexpresiva y aparté la mirada por miedo a la esquizofrenia. Pensé que a lo mejor seguía durmiendo entre mis sábanas calientes. Pero no. Fue una falsa sonrisa; una sonrisa interna en un ambiente hostil. Entonces pensé que quizás todas esas personas estaban sonriendo igual que yo, sólo que desde fuera no se veía. El metro llegó a mi parada y pude dejar de pensar antes de volverme loco del todo.

Llevaba una semana ejerciendo de educador ambiental, como rezaba mi acreditación. Ya era hora, después de estar semanas repartiendo panfletos ecológicos, contenedores de pilas o packs de prevención por los comercios. Empezaba a no creerme lo que ponía debajo de mi nombre (mal escrito, por cierto). Pero sí. Ya tenía niños a mi cargo. Mi tarea: jugar con ellos y que aprendan valores ecológicos sin que se den cuenta. Explicar un cuento a los más pequeños. Jugar al "Eco-joc de l'Oca" o al "Eco-Trivial" con los de primaria. Iba funcionando. Los días pasaban muy rápido. Los niños se divertían y uno se sentía útil. Seguía sin gustarme levantarme a las seis de la mañana, y menos aún tener que ir a la universidad después del trabajo, pero por lo menos parecía que todo tenía su razón de ser. Vivía la rutina sin esa angustia de días anteriores. Sin dolor.

Ya había trabajado con niños antes. Pueden ser odiosos. Pueden lograr que te entren ganas de estrangularlos a cambio de un poco de atención. Pero también te aportan muchísimas cosas. Esta vez, estar con un grupo diferente cada día me permitía recibir a cada clase con frescura y no me daba tiempo a odiar a ninguno. Todo resultaba mucho más ideal. Además, puestos a odiar prefería odiar a los adultos; a los caraculo del metro o a los infelices como yo que no conseguían sonreir ni cuando les apetecía.

Un día llamó mi tío a casa con una buena noticia. Llevaba mucho tiempo esperando. Llamó y habló con mi madre. Cuando mi madre me lo dijo, por fin, sonreí. No tuve que mirarme al espejo para saber que era una sonrisa auténtica. Ni al día siguiente, en el metro a las siete de la mañana, cuando pasábamos por los túneles. De oreja a oreja. No tenía ninguna duda.

Continuará.

ANODINIA- Ausencia de dolor.
(Nada que ver con "anodino" como yo creía cuando se lo robé de un lapsus a alguien a quien quiero mucho. Conste aquí el juego de palabras)

10 comentarios:

Olga Martínez dijo...

Que intriga...

Anónimo dijo...

Sonreí despues de mucho tiempo esperandolo, con aquel "te echo de menos"....yo tambien.


Poco a poco estamos volviendo, mi sonrisa y yo;)





Bueno que? diras la buena noticia o te vas a seguir haciendo el interesante???



Fdo: Ella Baila Sola

Anónimo dijo...

Me puedo hacer una pequeña idea...

Pero tengo que verlo con mis propios ojos y espero que muy pronto!

Verlo y usarlo!
:)

Anónimo dijo...

Nunca pensé que levantarse pronto por la mañana pudiera causar tantas y tan diversas patologías, síndromes y neurosis. Jajaja.

Por cierto, a medida que te voy leyendo cada vez me recuerdas más a Woody Allen... Jajajaja ¡Es un piropo!

Anónimo dijo...

Llevo años siendo uno de los caraculos que coge el metro, el autobus o el tren, dependiendo del trabajo, y nunca me lo había planteado tan horrible. Lo he hecho siempre sin pensar, sin mirarme en el reflejo de la ventana, seguramente por no ver la puta realidad, q depresión!!

Soy de las que sonríe por dentro porqué si tuviera tu actitud creo que acabaría tirándome por el balcón! Hasta a veces pienso que mi trabajo me gusta!!! Solo quiero ser feliz!!

Alex: Creo que yo también lo sé, por fin! :)

Anónimo dijo...

Patri: Somos los dos unos privilegiados del blog que tenemos la info, jeje.

Besos!

Anónimo dijo...

Para cuando la siguiente aventura de Fermin?

Anónimo dijo...

Tata, tú no eres una caraculo, ni lo serás. Bendita tu sonrisa!

Lpda... sshhhhhhhhhh...!!

Bienvenida de nuevo, Ella Baila Sola. :)

Gracias por el piropo, Carles.

Y paciencia con Fermín y con la continuación del post... llegarán pronto.

Anónimo dijo...

Vale, vale, ya me callo...

Dejaré que continue la intriga

;)

Y sigo esperando a Fermín.
Y sigo esperandote a ti.

Daniela dijo...

Jajaja puedes sonar pesimista, pero a mi me has caido bien, me has hecho reir y sonreir. =D