3 de octubre de 2011

GAMBIA: Retorno a Brufut

Las canciones hacen más amena la carretera. Lo triste es cantar por desesperación. Hemos salido tarde de Sutukoba, costaba irse, y sabiendo el camino que nos espera por delante nos desquiciamos de tan sólo pensarlo. La madre de Bakary no paraba de llorar cuando nos íbamos. Vanessa y Montse tampoco han podido aguantarse las lágrimas. Pero Bakary no ha mirado atrás ni un segundo. Entre coplas, canciones de Sabina, Estopa y gran parte del repertorio del viejo cancionero de campamentos (o lo que de él podemos recordar) atravesamos el río. Han decidido que es preferible volver por el norte; las carreteras están mejor. Además nos permite hacer algunas paradas turísticas.

MULA
Creo que aquí más de uno sabe inglés pero me ha tocado a mí hacer de traductor. El guía es una especie de profesor Tornasol negro, con gafas de culo de vaso, largos bigotes y habla más deprisa de lo que puedo yo pensar. Nos explica el qué y el por qué de unos monumentos prehistóricos. Yo trato de entenderlo todo pero las frases se llenan de lagunas en mi mente y cuando traduzco tengo que rellenarlas con lo mejor de lo que se me va ocurriendo. Nadie protesta.
Algo similar ocurre en una isla en la que se vendían esclavos,la siguiente parada, pero a éste guía, una especie de descendiente de Kunta Kinte, le entiendo mejor.
Anochece y todavía tenemos que coger un ferry para cruzar hasta Banjul. No sabemos si llegaremos a tiempo para el último. Si lo perdemos, nos vamos a tener que quedar a dormir allí mismo y nos devorarían los mosquitos. Pero la cosa se complica cuando vemos en el puerto una larga cola de camiones esperando para embarcar. Hay gente fuera de sus coches, mucho ruido, gallinas correteando. Es evidente que no cabemos todos en el barco y además nos cuentan que algunos puede que lleven esperando todo el día.
Hay militares paseando entre los vehículos. No se sabe si controlan la situación o la complican más. Sutu y Morrow bajan del minibús para hablar con ellos. Se puede respirar la tensión desde aquí. Siguen llegando más y más coches y camiones detrás nuestro. Todo sucede como a cámara rápida, vamos a contrarreloj. Es la primera vez que se les ve estresados en todo este tiempo. Suben y bajan del minibús, discuten en mandinga en tono clandestino. Hasta que finalmente entregan al  militar un fajo de billetes y vuelven a sus asientos. Salo enciende el motor y se gira para decirnos:
Close the windows!
Y sabemos que tenemos que obedecer y casi no podemos ni reaccionar cuando Salo nos pone en marcha a toda velocidad. Esquivamos personas, coches... La gente nos grita. Golpea las ventanas. Escucho algún insulto en inglés. Parece una escena de La Guerra de los Mundos. Hasta que con ayuda del ejército pasamos delante de toda la cola y conseguimos colarnos en el ferry.
En Banjul cenamos en un restaurante justo enfrente de un enorme arco luminoso que el dictador se ha construido para felicitarse el cumpleaños. Venimos de un pueblo que no tiene electricidad y el ostentoso monumento de bombillas de colores nos deja con la boca abierta.
El dueño del restaurante es afín al presidente. Se puede saber porque sólo habla en inglés y wólof y aunque entiende a Bakary se niega a responderle en mandinga. 
En la televisión dicen algo de unos incidentes en Manchester y Londres que no acabamos de entender. Mientras el dueño nos trae la cena dando portazos. 
Si yo siguiera viviendo aquí, acabaría en la cárcel dice Bakary.
Terminamos la cena. Pagamos. El dueño nos mira como oliendo mierda. 
Bakary, ¿cómo se decía 'gracias' en mandinga?
Al salir por la puerta nos despedimos uno a uno, todos los blancos diciendo: "Abaraka". El tipo se sorprende lo justo, pero a nosotros nos sabe mejor que sus patatas fritas.

3 comentarios:

Mon dijo...

me encantan tus historias , parecen memorias de africa...aunque ahora que lo pienso..son tus memorias de africa jeje. esperando más relatos!!! veo que ha sido toda una experiencia para ti, inolvidable!! me alegro muchisimo!

PATIÑO dijo...

Espero con impaciencia el siguiente capítulo

Amigos de Gambia dijo...

Interesante relato.
Muy bien reflejado el ambiente y la realidad de este país y de sus extraordinarias gentes.
Un saludo.
Ranulfo.