29 de junio de 2011

COMBUSTIÓN ESPONTÁNEA

"El amor y el odio no son ciegos, sino que están cegados por el fuego que llevan dentro" (Friedrich Nietzsche)


Mientras vemos a una anciana lanzar carne por el balcón para alimentar a unos gatos, Pia me explica que se han dado casos de personas que han muerto quemadas por un fuego que el interior de su cuerpo había provocado. Estamos a mediados de Junio, en una ciudad como Barcelona; no me sorprende que salga esta conversación. Pero yo creo no haber comprendido bien. 
¿Gente que se quema a sí misma desde dentro? En mi vida había escuchado nada igual.
La ventana desde la que Pia se fuma un cigarro da a un patio de luces demasiado tranquilo para esta época del año. Exceptuando a los gatos que devoran la carne con avidez, el resto de seres vivientes del entorno permanecen silenciosos en el interior de sus casas. Encerrados en sus comedores con la televisión y el aire acondicionado, sin necesidad alguna de abrir las ventanas para que unos pobres voyeurs como nosotros tengan algo para comentar. Pia dice:
Es una especie de fenómeno paranormal. Se han encontrado cadáveres calcinados sin hallar el origen del fuego. Dado que la persona está quemada por dentro, se cree que lo provoca el mismo organismo desde su interior. Pero no hay nada demostrado. Lo llaman combustión espontánea humana.
Gente que se quema. Literalmente. Hombres que durante una discusión con sus esposas explotan en llamas hartos de su miserable vida. Profesores de instituto que estallan durante la clase de matemáticas de segundo de la ESO. Ancianos que revientan de un fogonazo delante de la televisión hastiados del Sálvame Deluxe.
La noche anterior hubo un eclipse de luna. Es algo poco habitual. La última vez que hubo un eclipse de luna conocí un chico que luego me rompió el corazón. No fue tan especial como me pareció en aquel momento, pero tengo que reconocer que mi vida cambió para siempre.
Esta mañana pensaba sobre eso en la oficina: ¿cuántas veces puede cambiar para siempre la vida de uno? Por una parte, siempre es diferente. Cambia todos los días. Por otro lado, miro a mis padres y tengo la sensación de que han estado viviendo siempre la misma vida, en la misma casa, con el mismo trabajo y que me piden en silencio que haga lo mismo.
Nuestro día a día puede estar lleno de señales. Podemos tomarlo así o ignorarlas como a simples casualidades. Depende de nosotros. Como los calzoncillos que encontré la semana pasada. Unos calzoncillos que no son míos guardados en mi cajón. Recuerdo al propietario, pero no entiendo qué hacen sus calzoncillos ahí. Algunas cosas le hacen pensar a uno.
Poco a poco mis compañeros de trabajo lo han ido dejando. Cada vez hay más trabajo y menos compañeros. Es un puto coñazo. Viendo nuestras caras cada mañana no sería de extrañar que cualquiera de nosotros explosionara en cualquier momento. En parte no me parece tan mala idea. 
Por eso la mente se me va adelante y atrás constantemente como una adolescente leyendo una revista de moda. Y de repente pienso en mi última visita al médico. 
Mi urólogo con el pecho afeitado que puedo ver asomando por el escote de su bata de verano me entrega los informes de los análisis. Que tu urólogo se depile es un signo inequívoco de que los tiempos han cambiado.
Todo está bien. No hay nada en los análisis fuera de lo normal.
¿Entonces por qué genero tantas piedras en el riñón?
Pues no lo sabemos. Tú no cambies nada de tu alimentación y bebe agua. 
Pero, ¿por qué mi cuerpo crea piedras si todo está normal?
Es algo que provoca tu propio organismo desde dentro. No te puedo dar más explicaciones.
Vaya, como la combustión espontánea.
¿Perdón?
No espero que el doctor me explique cuál es el sentido de la vida, pero me gustaría que alguna vez fueran un poco más allá de los resultados de unos análisis. A lo mejor pido demasiado.
Un chico en mis diez minutos de descanso en el office, con un bocadillo enorme, me pregunta:
¿Qué te pasa?
A mí no me da tiempo ni a que se me enfríe el café para podérmelo beber y él se prepara un bocadillo con media barra, embutido y pan con tomate y se lo zampa.
No sé por qué genero tantas piedras en el riñón.
Tú tranquilo que en 2012 se acaba el mundo.
¿Ah, sí?
Sí. Es una cosa científica. Están habiendo una serie de erupciones solares que aumentan cada año, hasta que a finales del año que viene el sol explotará por completo y moriremos todos quemados. Lo han dicho por la tele. Así que no te preocupes.
Parece que lo de explotar no es solo cosa mía.

2 comentarios:

Dr. Guirao dijo...

Vi una vez un falso documental sobre combustión espontánea buenísimo... pero ya te digo que era falso. Una lástima. Al final te daba pena que fuera mentira porque lo trataban de una forma muy poética.

Así que el año que viene la palmamos, ¿no? Vaya, pregúntale al chico este si nos da tiempo de hacer algún GENOMA, o lo vamos dejando ya...

PATIÑO dijo...

Post no apto para hipocondriacos, y si me estoy poniendo demasido nerviosa y combulsiono??!! :S