23 de noviembre de 2008

LOS SUEÑOS DE OCCIDENTE (Street)

Que me consuela de verdad una fantasía. Que te llamo desde Glasgow y me dices que vendrás. Que escribo poemas con los pies y con la cabeza pienso nubes de colores. Que la casa se limpia sola. Que no me siento obligado a hacer las cosas, ni veo lo prohibido en todo aquello de lo que me privo. Que sé lo que me asusta cuando temo. Que Madrid está a dos paradas de metro. Que el dinero no se acaba y no hace falta ahorrar para cuando me quede sin trabajo. Que leo en el tarot todo lo que no aprendo de la vida. Que no he vuelto todavía y todos me echan de menos. Que no, nen, que no... que no me preguntan cómo estoy. Que no me escondo detrás de un chiste, una pereza, una rebeldía y doy la cara por quien de verdad soy. Que la locura del mundo no deja ese regusto tan amargo. Que no quiero la perfección, ni existe, ni me importa. Que mi tiempo no es las sobras del tiempo que les sobra a las responsabilidades que yo he elegido asumir. Que puedo volar por encima de la gente, hacerme invisible en vez de ponerme colorado y estar presente junto a aquellos que me quieren. En cuerpo y alma, aquí y ahora. Que el presente es cualquier otra cosa menos hoy. Que los domingos son el clímax de la semana... en vez de esto. Que soy el niño que se sienta en el suelo frente al televisor a ver películas antiguas de trompazos y río tan limpiamente y como galletas con leche y Nesquick. Que reciclo mis recuerdos y puedo vivirlos otra vez como si fueran nuevos. Que entiendo a los demás y los demás a mí. Que soy rápido como el viento. Que soy yo lo más importante de mi vida y actúo en consecuencia. Que mi padre me dice que está orgulloso de mí; que mi madre me da su aprobación en vez de corregirme tanto; que me preguntan por Álex alguna vez. Que es barato el piso de mis sueños. Que obtengo todo lo que me propongo, que me propongo todo lo que de verdad deseo. Que tengo siempre cerca tus labios y tus manos.

16 de noviembre de 2008

HAIR

"She asks me why I'm just a hairy guy. I'm hairy noon and night. Hair that's a fright! I'm hairy high and low. Don't ask me why" (Hair the musical)


Generalmente, nadie está contento con lo que tiene. Los gordos quieren ser flacos y los flacos, gordos y los bajos, altos y los altos, no tan altos y los morenos se tiñen de rubio y los rubios, de moreno. Y yo, generalmente, pues como todo el mundo. Hablemos de lo superficial. Dejemos a un lado las insatisfacciones del alma y su amplio abanico de descontentos. Yo no estoy contento con mi pelo. Es demasiado rizado. (Risas) De acuerdo que es diferente y llama la atención y que nunca me quedaré calvo, pero me siento limitado. Apenas me da opciones de cambio. De acuerdo que me ha dado dinero, pero se acabó... Desde hoy empieza la cuenta atrás.

Se me había pasado por la cabeza muchas veces, pero nunca me lo planteé como una posibilidad real. Pero ahora sí. Ya lo tengo decidido y os advierto que cuando se me mete algo entre ceja y ceja soy más tozudo que una mula. Por algo soy descendiente de los Mula de Murcia. Voy a alisarme el pelo. (Risas) Va en serio. (Más risas) Gracias a los nuevos avances de las técnicas estilísticas voy a cumplir una de mis más banales fantasías. Y no temo a los escépticos, ni a los que se autodefinen como sinceros y no dejan de opinarme en contra. Como cuando iba por ahí con mi borla afro sobre la cabeza y sinceramente me decían: "¿Por qué llevas ese ridículo peinado?". Hablando de lo superficial, debería importarme poco todo eso. Pero la verdad es que dentro de la petardez del post y la ingenuidad de mi propuesta... pues me hace ilusión, la verdad. Me siento como un adolescente. Es cosa mía. Me alisaré el pelo, ¡lo conseguiré! (Risas) Y pondré las fotos en este mismo blog. Pronto, muy pronto, más pronto de lo que pensáis, tendré el pelo liso. ¿Os apostáis algo? (Aplausos)

6 de noviembre de 2008

VUELVEN LOS NOVENTA

Empecé a sospechar cuando volvieron a las parrillas televisivas programas como La Ruleta de la Fortuna, Humor Amarillo o Pressing Catch y se aceptó con naturalidad; así como la puesta al día de Sensación de Vivir con algunas de sus actrices originales y los rumores del retorno de Melrose Place. Más tarde, descubrí que varios de los niños con los que realizo actividades por los colegios lucen tan normalmente peinados a capa en plan orinal que yo creía tan pasados de moda. Pero cuando fui de compras esta semana ya lo vi claro: chaquetas con capucha de pelo esquimal, gafas de sol estilo Reservoir Dogs y pantalones de colores. No hay duda: ¡vuelven los noventa!

FOX

Que no nos extrañe. Ya se nos había avisado con la reaparición de las Spice Girls y los Backstreet Boys que yo por lo menos consideraba muertos y enterrados. Pero como ya aprendimos de Melrose Place: que alguien muera no quiere decir que no siga en la serie (ni aunque lo entierren). Así que asumámoslo, vamos asistir proximamente por las calles de nuestras ciudades a un desfile de vaqueros rotos, camisas de cuadros (o peor: de flores), zapatillas deportivas de goma y colores estrambóticos (o con luces en la parte de atrás) y pantalones de cintura alta. Es el ciclo natural. No nos creamos que los ochenta volvieron porque molaban mucho; es una cuestión de distancia y morriña. Hace ya casi diez años que acabaron los noventa, así que ya toca porque, aunque no nos guste, hay muchas cosas que echamos de menos de entonces: sí, estuvimos allí y lo vivimos.

Pero en vez de asistir a la resurrección de la última década del siglo XX con resignación, afrontemos lo inevitable, aceptémoslo y disfrutemos. Y sobretodo, seamos listos: elijamos. No tiene que volver todo. Hagamos una lista, como la de los reyes. ¿Qué os parece? Yo, por ejemplo, me pido que los niños vuelvan a jugar a los "tazos", a la Game Boy o la Game Gear, al "Tragabolas"; que coleccionen "Tois", Micro-Machines y que lean "¿Dónde está Wally?". Me pido que las niñas peinen trolls de pelos de punta de colores psicodélicos y pequeños pony; que lleven en el bolso a las Polly-Pocket y del cuello les cuelgue un pequeño chupete de plástico. Y, sobretodo, me pido que jueguen todos a la Super-Nintendo. Pero no me pido, por favor, que beban Cherry Coke o Tang, que laman uno de esos Push-Pop asquerosos, que tengan Tamagochi y les gusten los Pokemon, los Power Rangers o "Agujetas de Color de Rosa".

Me pido a Cobi y el ambiente de las Olimpiadas de Barcelona al ritmo de Lambada, el guitarreo de Nirvana o los contoneos de "Sopa de Caracol". Me pido a las "Mama-Chicho", las "Cacao-Maravillao", las chicas "Chin-Chin". Me pido a Jesús Gil presentando desde un jacuzzi y "Al Ataque" y los trompazos de "Vídeos de Primera". Me pido a Emilio Aragón con bambas blancas y smoking en "El Juego de la Oca". A Carmen Sevilla en zapatillas en el "Telecupón". Y reírme con "Farmacia de Guardia" o "Lleno, por favor". Me pido a "Pinky y Cerebro", "Cosas de Casa", "El Príncipe de Bel-Air" y "Salvados por la Campana" (aunque por culpa de Scritch se metían conmigo). Pero no pido (que no vuelvan por Dios) la ruta del Bakalao, Paco Pil, Chimo Bayo, las chaquetas Alfa-Industrial, la música máquina y los Bombazo-Mix. No nos hagáis pasar por todo eso otra vez, lo suplico.

Hasta aquí mi lista del irremediable regreso de los noventa. Esto es lo que yo me pido. ¿Y vosotros que os pedís?